REFERENCIA BÍBLICA:
A- Juan 15:1-8 (Jesús, la vid verdadera)
B- Mateo 13:8-9 (Parábola del sembrador)
C- Romanos 11:17-22 (Las ramas desgajadas)
MEGATEMAS:
1- Introducción
2- Relacionado con la comunión con Dios
2.1- Cercanía con la raíz
2.2- Fruto, más fruto y mucho fruto
3- Relacionado con las ramas desgajadas y la gracia de Dios
4- Análisis del mensaje versículo a versículo
5- La forma de caminar de Jesús
1- Introducción
Hoy se va a hablar del mensaje que Jesús nos dejó diciendo que Él es la vid verdadera y se analizará la similitud que existe entre Él y la vid para que saquemos el mensaje que nos quiere transmitir.
Como todos saben, una de las cosas que Jesús solía hacer era comparar las verdades espirituales relacionadas con el Reino de los Cielos y la vida eterna con situaciones cotidianas que hicieran más fácil su comprensión. Estas situaciones incluían a personas, objetos, animales o cualquier otra cosa que nos resultase conocida, en este caso una vid.
Desde el Antiguo Testamento existe una relación entre la vid y el pueblo de Dios. Jehová solía utilizar la palabra “vid plantada” como simbología de haber sacado a los israelitas de Egipto y plantado en la tierra que les prometió. Más adelante se verá qué relación existe entre el Señor y la vid.
2- Relacionado con la comunión con Dios
Analizando los distintos elementos que participan en el mensaje encontramos que el labrador es Dios Padre, Jesús es la vid y nosotros somos los pámpanos o ramas de esa vid. La relación que existe entre estas tres figuras es:
– Dios (el Labrador) cuida de la vid, la poda, ara la tierra y prepara todo para su sano crecimiento, dándole el sustento y nutrientes necesarios así como protegiéndole de las inclemencias del tiempo si fuere necesario.
– Jesús (la vid) conecta directamente con Dios a través de la raíz a la vez que lo hace con nosotros mediante la sabia que fluye por dentro de nosotros, en nuestro caso, la conexión se establece por el Espíritu Santo.
– Nosotros (los pámpanos) estamos conectados directamente con Dios, no solo a nivel interno mediante el Espíritu Santo como se acaba de decir, sino que también recibimos el cuidado de Dios en lo externo, afectando a nuestra vida como personas y el entorno en el que vivimos.
Sabiendo esto, vamos a tomar como ejemplo una vid de las muchas que pueda haber plantadas en cualquier plantación vinícola. Si tenemos en cuenta lo que hemos visto antes y nos centramos en detalle en el fruto de la vid, podemos observar varios detalles:
1- El fruto es más abundante cuanto más cerca está del tronco.
2- A medida que el labrador va quitando pámpanos que no sirven, el fruto de la vid es mucho más abundante.
Como podemos entender, uno de los principales mensajes que el Señor Jesús nos quiere transmitir es precisamente ese, que permanezcamos cuanto más cerca del tronco que nos nutre de rica sabia.
La propia enseñanza nos muestra que la cantidad de fruto que puede dar un cristiano está cuantificada, es decir, se puede medir y separar en cuanto a su cantidad. Apoyándonos en lo que también se nos dice en Mateo 14:8-9 en la parábola del sembrador, junto con lo que hemos podido leer en Juan, vemos que se puede dar “fruto”, “más fruto” y “mucho fruto”.
Esto es un llamado a la participación activa como creyente, no solo practicando nuestra fe en los cultos y actos dominicales sino viviendo en el camino de la justicia y de la verdad de Dios todos los días de nuestra vida, tanto dentro como fuera de la iglesia.
Más adelante se hablará en detalle de cómo conseguir una buena comunión con Dios.
3- Relacionado con las ramas desgajadas y la gracia de Dios
Hay un asunto de especial interés en cuanto a la similitud que hace el Señor con el mundo vegetal. Al comparar nuestra vida como una rama conectada a un tronco que le nutre de sabia y éste a su vez conectado con el labrador en esa relación de la que hemos hablado antes, vemos la importancia de permanecer en ese tronco.
Hay un pasaje en Romanos 11:17-22 en el que se nos advierte de esto en particular. Israel en su momento fue constituido como el pueblo de Dios, cuya similitud es un olivo. Habla de sus habitantes como de las ramas naturales del mismo y dice que por la incredulidad de los israelitas fueron cortados del árbol. De la misma forma vemos que nosotros, pertenecientes a olivos silvestres (que no formábamos parte del natural) y por la gracia de Dios hemos sido injertados en el árbol, es decir, formamos parte de Su pueblo.
Como leemos más adelante, hemos de ser conscientes que si los unos fueron cortados del árbol por incredulidad y otros fueron injertados por fe, también los que hemos sido injertados por fe seremos cortados y echados al fuego si comenzamos a vivir en incredulidad.
Incredulidad no solo es vivir negando la existencia de Dios sino saber de su existencia pero negando su influencia sobre nosotros, viviendo así como nos place a nosotros y no como le place a Él.
4- Análisis del mensaje versículo a versículo
V1: Si leemos por ejemplo Jeremías 2:21, entenderemos el motivo por el que Jesús afirmó ser la vid verdadera. Dios plantó una vid perfecta en una tierra perfecta para el crecimiento de esa vid pero poco a poco se fue corrompiendo hasta podrirse por completo. Todos conocemos la historia de Israel, al menos a grosso modo, y sabemos que poco a poco fueron apartándose de la guía de Jehová para andar en sus propios caminos y en pos de ídolos que ellos mismos se hacían o adoptaban de las naciones vecinas.
Jesús es esa vid verdadera. Él es la vid incorruptible que agrada a Dios y que nos ha de servir de ejemplo a nosotros aun a día de hoy.
También sabemos que nos dijo que: “Yo soy el camino, la verdad y la vida…” y hoy en día vemos infinidad de religiones y teorías que quieren traernos la eternidad de una forma u otra; bien porque nos abducen los extraterrestres, porque nos reencarnamos o vete tu a saber qué otra cosa pueden decir. La cuestión es que vemos la afirmación de que Él es el único camino a la vida eterna.
V2: Una vez más observamos que la voluntad del Padre es que Sus hijos, es decir, los pámpanos de su vid, llevemos fruto para glorificar su nombre. No vale cualquier fruto sino abundante fruto.
No hemos de pasar por alto la advertencia que se nos hace para aquellos que viven una vida sin fruto. Así como sucede en la naturaleza, imaginemos al dueño de una finca de naranjas cuya cosecha ha sido tan pobre que le ha costado su propio dinero mantener la parcela de naranjos que tiene. Como supondremos, con el tiempo y las pérdidas, el dueño de la finca tendrá que tomar una decisión y lo más normal es que arranque todos los naranjos, los corte para que su madera sea vendida como leña y plante otra clase de árboles que den el fruto que el espera de su finca.
De una forma similar sucede entre Dios y nosotros.
Ahora quiero que aprendamos un término nuevo, usado en el mundo agrícola, y que está relacionado con la enseñanza de hoy. Clarear. En el mundo agrícola, clarear consiste en acercarse a la cepa que contiene el fruto y cuando éste aún está pequeñín se le quita entre el 50 y 60% de los frutitos que se le ven. ¿con qué intención? Veámoslo:
Si dejas la cepa de fruto tal cual está, nos encontraremos que a medida que los frutos vayan madurando, la falta de espacio en el cogollo y los pocos nutrientes a repartir entre tantos frutos hará que éstos sean pequeños, muy abundantes en número sí, pero de mala calidad.
Por el contrario, si clareas el cogollo de frutos vemos que los nutrientes y espacio no faltan al fruto y que estos crecen de una forma vigorosa. Así también sucede entre Dios y nosotros. Con el paso del tiempo vamos adquiriendo vicios y debilidades que hay que quitar de nuestra vida si queremos ser personas de fruto y Dios se encarga de ir quitando esas cosas que nos sobran para que las cosas que Él ha puesto en nosotros den el fruto esperado.
V3: Respecto a este versículo, poco hay que decir que no sepamos. La sangre de Cristo nos limpió de todo pecado y el Espíritu Santo nos guía en el proceso de santificación para que obedeciéndole podamos vivir una vida que produzca abundante fruto que le agrade.
V4, 5 y 7: Permanecer en Jesús es andar como Jesús lo hizo. Si Dios aborrece el pecado, no es muy lógico pensar que podemos pecar libremente y seguir teniendo comunión con Él. Así de esta manera, el llamado a la vida en santidad es inequívoco, de forma que desde el momento en el que entregamos nuestra vida al Señor hemos de esforzarnos en imitar su conducta, esto es, en vivir tal y como Él vivió en la tierra. ¿Cómo vivió Jesús? Lo veremos al final del estudio.
V6: Como podemos leer, no existe rama que separada de la vid verdadera pueda dar fruto alguno. De esta manera, ninguno que se crea “buena persona” y trate de hacer el bien a su manera, apartado de Dios tendrá un fruto verdadero de su esfuerzo.
En la vida, en ocasiones, encontramos personas que pueden dar más o menos fruto en cuanto a los valores de este mundo. Personas que obtienen riquezas, grandes títulos o reconocimiento por parte de los hombres. Si hacemos una similitud entre estas personas y la propia naturaleza de la que hemos venido hablando, podemos ver que en la naturaleza también crecen árboles de forma silvestre, es decir, sin que haya un labrador que las cuide. Estos árboles silvestres dan fruto terrenal pero si los comparamos con los árboles que han crecido bajo los cuidados del labrador, ¿verdad que su aspecto no es el mismo y el fruto tampoco? Así sucede en la realidad también.
El fruto que da un árbol silvestre, o como veníamos hablando, una persona al margen de la voluntad de Dios, tiene fecha de caducidad pues los días de esa persona llegan a su fin y su obra perece con ellos mientras que el fruto que produce un hijo de Dios es fruto que permanece para vida eterna; no solo en su propia vida sino en la de aquellos a los que lleva a los pies del Señor.
V8: Vivir conforme al ejemplo de Jesús conlleva dar fruto y dar fruto a su vez es la forma de glorificar a Dios. Jesús dice que así seríamos sus discípulos y para que todos sepan el significado de esto, hemos de saber que un discípulo es aquella persona que recibe las enseñanzas de un maestro al cual sigue e imita. Una vez más, Jesús nos llama a imitar la forma en la que Él vivió. Ahora bien, ¿Llegó la hora de ver cómo vivió? Ahí vamos.
5- La forma de caminar de Jesús
De una forma esquemática vamos a echar un vistazo al ejemplo de Jesúns:
- Guardando los mandamientos; ¡¡qué importante es vivir en el temor de Dios y guardar sus mandamientos, y la de veces que podemos leer en la Palabra el mismo consejo!! (Juan 15:10 -> Si guardareis mis mandamientos permaneceréis en mi amor…, etc…)
- Glorificando al Padre en todo cuanto hacía.
- La importancia de hacer primero la voluntad del Padre. (Lucas 22:42 -> si quieres pasa de mi esta copa, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya)
- Dando gracias a Dios por su provisión; es decir, reconociendo que nuestro sustento, abrigo y protección es proporcionado por Dios. (Mateo 26:26 -> Y comiendo ellos, tomó Jesús el pan y habiendo dado gracias lo partió…
- Amando a los demás sin que importe si lo merecen o no.
- Buscando en lo personal una relación cercana en:
- Oración. Jesús se levantaba de temprano y se iba a orar a solas (Lucas 5:16 -> Mas Él se apartaba a lugares desiertos, y oraba)
- Estudiaba la Palabra desde jovencito. (Lucas 2:46 -> Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. / Lucas 2: 49 -> Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
- Enseñaba a otros cómo encontrar el Reino de Dios.
Estos cinco pasos, y seguro que habrá más aún, son esenciales para comprender cómo es la vida que nosotros hemos de vivir como hijos del Gran Rey. Si lo hacemos así lan cual Jesús lo hizo, daremos fruto abundante y glorificaremos el nombre de aquel que se dio en sacrificio por perdón de nuestros pecados para nuestra salvación y vida eterna.
Gloria sea a Su nombre por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Dios le bendiga.
Sergio Belmonte