Así como la mayor preocupación de un padre es el bienestar de sus hijos así también lo es nuestra preocupación por nuestros jóvenes, ese sector de la sociedad tan vulnerable. Es por esto que queremos ayudar a enseñarles que la vida es algo más que pasar el rato sin un objetivo definido y a no desanimarse si ven que algún objetivo no se cumple conforme vayan madurando.

La Biblia nos enseña que incluso en pleno siglo XXI podemos encontrar el verdadero significado de la vida y desde este ministerio queremos llevar a nuestros jóvenes a conocer la razón de su existir, y que a su vez ellos puedan ser instrumentos de bien para impactar en mitad de la sociedad en la que estamos inmersos gracias a la formación del carácter de Cristo en ellos mismos.

Trabajamos arduamente para que sean conscientes de que hay alguien que los entiende, ama y acepta tal cual son. De esta manera nuestro objetivo es que conozcan quien es Jesucristo de una manera íntima y personal, no como alguien de quien han oído hablar sino de una manera relacional y que aprendan a ser guiados por Él, tal y como se nos enseña en Salmos 119:105 “Lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino”.

Juntos, hacemos que reunirse con otros jóvenes con los que comparten la fe les sea un estímulo para mostrar al mundo que no hay nada de qué avergonzarse cuando se tiene a Dios como el centro de sus vidas, teniendo como último objetivo el reto de hacerles comprender que no merece la pena malgastar la juventud con cosas y experiencias pasajeras sino que tienen la opción de una vida plena llena de amor, gozo y paz que solo en Dios podemos encontrar.