Sea bienvenido a este estudio que tiene como finalidad ayudarle a aumentar su comprensión sobre los frutos del Espíritu Santo en la vida del creyente. Para ello, se ha dividido el estudio en los siguientes apartados a fin de facilitar su aprendizaje:
Orden | Tema a tratar |
1 | Gálatas 5: El contraste entre las obras de la carne y los frutos del Espíritu |
2 | Diferencia entre los frutos del Espíritu y los dones del Espíritu |
3 | Análisis de los frutos del Espíritu |
1- Gálatas 5: El contraste entre las obras de la carne y los frutos del Espíritu
La Biblia está repleta de enseñanzas que utilizan distintas estrategias a fin de hacer al hombre enteramente preparado para toda buena obra. Una de estas estrategias es la utilización de los conocidos como “pares opuestos”, que no es sino el uso de expresiones contrapuestas para que el lector entienda que caminar en una dirección se opone a la otra, no solo en conducta sino en resultados.
Así pues, los pares opuestos le dicen al creyente cómo ha de ser su manera de caminar cristiano, en lo referente a su modo de vida, en contraste al estilo de vida pernicioso del que se debe apartar. Esto queda patente cuando en los versículos 17 y 18 se dice con claridad que “el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley”. Esto es lo mismo que decir que el creyente debe asumir un estilo de vida que le caracterice por ser seguidor Cristo en conducta y carácter, en oposición a la forma de vivir de aquellos que no son creyentes o como el mismo creyente puede observar en su conducta pasada, antes de su conversión.
Dicho lo anterior, y haciendo una analogía explicativa, se entiende que los frutos del Espíritu son en el creyente como el fruto es en el árbol, es decir, se ven si uno los tiene. Así, cuando uno observa un árbol frutal, basta un simple vistazo para ver si éste lleva fruto o no. De la misma manera, al examinar la vida del creyente se debe reconocer si está andando de forma inmoral o no.
Por otro lado, obsérvese que los frutos no son del hombre, sino del Espíritu Santo. Esto implica que no es el hombre en sí mismo el que tiene la capacidad de producir una vida piadosa sino que es el mismo Espíritu el que capacita al hombre como tal. Así pues, los frutos del Espíritu se observarán sólo en creyentes y no deben ser confundidos con las capacidades o talentos personales, los cuales son un regalo de Dios para todo ser humano, el creyente y el incrédulo.
Es por esto que el mismo Jesús dijo con respecto a la paz: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da” (Juan 14:27), haciendo una clara distinción entre la paz que ofrece el mundo y su influencia y la paz que viene de Dios y que en el creyente constituye un fruto del Espíritu.
De esta manera, aprecie que los 9 frutos del Espíritu, aun siendo terminológicamente similares a como el mundo los define, son cualitativamente distintos en la vida del creyente, tal y como se acaba de comentar en el párrafo anterior.
Finalmente, es necesario considerar que tanto los frutos del Espíritu como las obras de la carne guardan una gran relación con la naturaleza de la persona. De esta forma, una persona incrédula manifiesta su naturaleza no renovada al vivir de una forma inmoral, y aunque es capaz de realizar acciones de bien y comportarse moralmente de forma más o menos continuada, no es el producto de una naturaleza tendente a hacer el bien sino que son otras variables las que le empujan a comportarse como tal. Estas variables pueden incluir el acatamiento de ciertas normas sociales, el desempeño de roles o el agradar a aquellos que se sabe les observan.
Por el contrario, los frutos del Espíritu en el creyente son una señal inequívoca de un renacer espiritual en el que el creyente, habiendo muerto al pecado y siendo sepultado (simbólicamente) con Cristo, renace junto con Él para una vida nueva, plagada de buenas obras y un estilo de vida piadoso. No obstante, es necesario reconocer que de la misma forma en la que un incrédulo es capaz de realizar buenas obras, también el creyente es capaz de caer en determinadas conductas inadecuadas. Aun así, no son las conductas inadecuadas las que caracterizan la vida del creyente, sino que éstas son errores puntuales que comete en el camino y de los cuales sin duda es guiado al arrepentimiento.
A continuación se adjunta una tabla comparativa de las obras de la naturaleza carnal del hombre no arrepentido y las de la naturaleza renovada del creyente:
Obras de la carne (Gálatas 5:19-21) | Frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-25) |
Adulterio, fornicación, inmundicia y lascivia | Amor |
Idolatría y hechicerías | Gozo |
Enemistades | Paz |
Pleitos | Paciencia |
Celos | Benignidad |
Iras | Bondad |
Contiendas | Fe |
Disensiones | Mansedumbre |
Herejías | Templanza o dominio propio |
Envidias | |
Homicidios | |
Borracheras, orgías y cosas similares a estas |
Para finalizar este apartado, considere las conclusiones a las que el apóstol Pablo llega. Por un lado deja claro que quienes practican la vida inmoral como estilo de vida personal, no heredarán el Reino de Dios, es decir, quedarán excluidos de la salvación aunque de forma subjetiva crean ser creyentes. De igual forma, los que viven en el Espíritu y no andan conforme a la inmoralidad, pueden tener la confianza de que no habrá juicio acusativo contra ellos que surta efecto y tendrán la salvación asegurada en Cristo Jesús.
2- Diferencia entre los frutos del Espíritu y los dones del Espíritu
Aunque los términos que se emplean son similares, no se debe caer en el error de pensar que los frutos y los dones del Espíritu son la misma cosa.
Los frutos del Espíritu, tal y como se infiere del apartado anterior, hacen referencia al estilo de vida del creyente y constituyen una medio excepcional para “medir o evaluar” de forma alguna el progreso del creyente en su caminar diario. De esta manera, los frutos del Espíritu gradan una estrecha relación con el proceso de santificación del creyente, el cual es transformado paulatinamente a la conformidad de Cristo por el poder del Espíritu Santo en él.
Por otro lado, los dones del Espíritu hacen referencia a las diferentes manifestaciones del Espíritu Santo en el creyente, y a través del mismo, con la finalidad de la edificación de la iglesia. Así pues, los dones del Espíritu tienen un sentido práctico en cuanto al crecimiento de la iglesia y puede clasificarse según el propósito de los mismos.
De esta manera se encuentran los “dones de liderazgo” que son los que se emplean en la dirección, enseñanza y administración de los asuntos de la iglesia, entre otros. Por otro lado los «dones de servicio práctico” como el de servicio, el de misericordia o el de dar con generosidad. También los “dones de revelación” como la palabra de sabiduría o de ciencia; los “dones de poder” como los de sanidad, fe y milagros o finalmente aquellos “dones para el culto de adoración” como las profecías, el hablar en lenguas, la interpretación de lenguas y otros.
Es necesario aclarar, que si bien los frutos y los dones se refieren a cosas distintas, no por ello dejan de tener similitudes. Por citar alguna de ellas, y de hecho la más esencial, es que ambos provienen de Dios y sirven para la edificación de los creyentes, bien sea a modo personal o como iglesia en su conjunto.
A continuación se adjunta una tabla en la que se registran los diferentes dones del Espíritu para una mejor comprensión:
DONES DEL ESPÍRITU SEGÚN REFERENCIA BÍBLICA | |||
1 Corintios 12:8-10 | 1 Corintios 12:28-30 | Romanos 12:4-8 | Efesios 4:11 |
Apóstoles | Apóstoles | ||
Evangelistas | |||
Maestros | Enseñanza | Pastores/Maestros | |
Palabra de sabiduría | |||
Palabra de ciencia | |||
Fe | |||
Dones de sanidad | Dones de sanidad | ||
Hacer milagros | Hacer milagros | ||
Profecía | Profetas | Profecía | Profetas |
Discernimiento de espíritus | |||
Diversas lenguas | Diversas lenguas | ||
Interpretación de lenguas | Interpretación de lenguas | ||
Ayudar a otros | Servicio | ||
Don de administración | Liderazgo | ||
Exhortar | |||
Repartir generosamente | |||
Hacer misericordia |
3- Análisis de los frutos del Espíritu
Como ya se ha dicho anteriormente, los frutos del Espíritu son la evidencia del caminar cristiano y la transformación del creyente de forma paulatina a la conformidad en carácter y conducta de Jesucristo.
A continuación se muestra una tabla con las diferentes acepciones de cada uno de los términos que definen a los frutos del Espíritu.
FRUTOS DEL ESPÍRITU | ||
Fruto | Acepción | Definición |
AMOR | 1-Ágape | Referente a una entrega incondicional, que se da a sí mismo sin requerimiento de condiciones. Es el amor que viene de Dios y que sólo se atribuye a Él |
2-Philia | Referente al amor entre familiares | |
3-Eros | Hace alusión al amor romántico entre un hombre y una mujer | |
4-Storge | Referente al amor entre personas, las cuales puede ser traducido en amistad sincera | |
GOZO | 1 | Es una emoción intensa y placentera causada por algo que gusta mucho |
2 | Tiene que ver con algo o alguien que causa una alegría intensa | |
PAZ | 1 | Es un estado anímico de tranquilidad y sosiego que experimenta una persona que no es turbada, ni tiene molestias ni preocupaciones |
2 | Es la ausencia de guerra, lo cual constituye un acuerdo que redunda en la tranquilidad y buenas relaciones entre ambas partes | |
PACIENCIA | 1 | Es la capacidad para sufrir y tolerar las adversidades u ofensa con fortaleza sin quejarse ni rebelarse |
2 | Se relaciona con la calma o la tranquilidad para esperar o la capacidad para hacer algo por mucho tiempo con precisión | |
BENIGNIDAD | 1 | Es la capacidad de mostrar buena voluntad, comprensión y simpatía hacia alguien |
BONDAD | 1 | Es la cualidad de ser bueno o una inclinación a hacer el bien a los demás, ser amable o con un comportamiento virtuoso |
FE | 1 | Es el convencimiento íntimo o confianza, que no se basa en la razón ni en la experiencia personal |
2 | Es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que o se ve | |
MANSEDUMBRE | 1 | Tiene que ver con la docilidad o suavidad que se manifiesta en el carácter o en el trato hacia los demás |
2 | También se manifiesta en las relaciones jerárquicas | |
TEMPLANZA | 1 | Tiene que ver con el dominio propio o la capacidad de mantener el equilibrio en distintas situaciones |
2 | Puede referirse a emociones, conductas o cogniciones y tiene que ver con el correcto balance de cada una de ellas |
A continuación se pasa a visualizar cada uno de ellos de forma más minuciosa:
- Amor: Aun habiéndose encontrado aun hasta 4 acepciones diferentes dependiendo de la fuente de quien ama, el objetivo del amor y las características del mismo, se hace preciso señalar que en el pasaje de Gálatas 5:22, según el diccionario Strong, el término empleado es “Ágape”. Éste tiene que ver con el afecto o la benevolencia, como si de una “fiesta de amor” se tratase, o lo que es lo mismo, una actitud sincera que busca el bienestar de la otra persona a pesar de los intereses personales.
El amor también es uno de los atributos comunicables de Dios, y por ende la persona participa de el.
- Gozo: Es un sentimiento de confianza y alegría intrínseca de la persona a pesar de las adversidades de su entorno. El gozo reside en la certeza de saber que el creyente depende de Dios y éste tiene el control de los acontecimientos de su vida, de manera que nada ni nadie puede robar esa confianza.
Se puede hacer una distinción entre gozo y felicidad en el sentido de que la segunda suele relacionarse con consecuencias positivas de origen externo y siempre asociado a una actitud subjetiva de la persona. De esta manera una persona puede sentirse feliz por su forma de vivir aun cuando ésta no es del agrado de Dios, mientras que el gozo que viene de Dios está relacionado con el sentimiento interno que se asocia al hecho de andar haciendo lo que Dios considera como correcto.
- Paz: Es una cualidad que no está sujeto a las circunstancias externas en la que vive el creyente. No tiene que ver con la ausencia de guerras o conflictos sino que es un fruto del Espíritu Santo que trae una paz distinta a la terrenal aun en medio de las adversidades. Esta paz tiene que ver con la forma de pensar de los creyentes, los cuales son dotados de la capacidad para ver la vida desde la perspectiva de Dios y no según los afanes del mundo.
- Paciencia: Es una virtud asociada a la capacidad del creyente para resistir las pruebas, ofensas y adversidades sin quejarse ni rebelarse contra la fuente de malestar. Esto es fruto del conocimiento de saber que Dios está en el control de los eventos de su vida y que Él no permite nada que no redunde en un bien postrero (Juan 8:28).
- Benignidad: En este caso, tiene un fuerte carácter jurídico y es que la benignidad tiene su fuente en Aquel que es Juez sobre todos y tiene la capacidad de juzgar. En base a esto, Dios tiene misericordia y no da el pago que la maldad merece sino que extiende su bien hacer a las personas buscando que éstas se arrepientan.
De la misma forma, el creyente que muestra en su vida la benignidad como fruto del Espíritu Santo, es una persona que rechaza juzgar a los demás y les trata con misericordia, dejando el juicio para Aquel que tiene la potestad de juzgar, esto es Dios.
- Bondad: Está asociado al bien hacer y el carácter virtuoso del creyente hacia los demás. Ligado al fruto de benignidad, la bondad es el hacer el bien de forma continua, es decir, de aplicación constante y expresado como un modo de vida.
- Fe: Es la capacidad que tiene el creyente, gracias al Espíritu Santo, de creer que sus acciones tendrán el resultado esperado y que éste será para bien. Se asocia al vivir sin poner la confianza en lo que el ojo ve, corrobora o explica por medio de la razón.
- Mansedumbre: Tiene que ver con el carácter del creyente, el cual, aun sin negar la potencialidad de sus atributos, pone éstos en sujeción a una autoridad superior a fin de evitar llevarlos al extremo. Así por ejemplo un caballo es impetuoso en fuerza y bravura y sigue siéndolo aun a pesar de ceder las riendas al jinete que lo monta, el cual ostenta autoridad sobre él.
- Templanza: Se relaciona con el dominio de las emociones y el equilibrio en la conducta así como de la forma de pensar del creyente. La templanza es un fruto del Espíritu esencial, ya que éste sirve para modular la expresión del resto.
Así de esta manera, el amor sin freno se vuelve pasión. El gozo sin moderación se vuelve bullicio descontrolado; la paz sin sobriedad se vuelve laxitud, la paciencia sin equilibrio se vuelve apatía, la benignidad sin templanza es debilidad; la bondad sin control se vuelve adulación, la fe sin la moderación de la razón se vuelve superstición ciega y la mansedumbre sin templanza es timidez.
Llegados al final del presente estudio, solo resta desear que Dios bendiga su vida y que haya sido de edificación, a la vez que derivar toda gloria al Dios del universo, el cual la merece.